Seis cuentos de “Santiago en 100 palabras”

Seis cuentos de “Santiago en 100 palabras”

Aquí compartimos seis cuentos de Santiago en 100 palabras: los mejores cuentos de la decimoséptima versión del concurso, que es un concurso creado por la Fundación Plagio y el Metro de Santiago (Chile), para estimular la escritura. Los textos han sido extraídos de este enlace.

Fundación plagio. (2018). Santiago en 100 palabras: los mejores cuentos de la decimoséptima versión del concurso. Santiago, Chile. Fundación plagio y Metro De Santiago.


Instrucciones para estudiar en una casa pareada y hacinada

Primero, espera que todos terminen de comer para usar la mesa del comedor e instálate en una de las sillas –cualquiera que no esté rota–. Luego, intenta ubicar tus fotocopias en algún lugar donde La Luz de la única ampolleta del living-comedor te alcance. Por último, y por cierto lo más importante, ignora el ruido: ignora la televisión encendida a pocos metros, ignora tu mamá conversando con tu tía, ignora a los niños gritando, ignora el ladrido de los perros, ignora la música ranchera de tu vecina y uno que otro balazo.

Angélica Ramírez Valdés, 25 años, Conchalí.

Día de los enamorados

Lista de compras. • 2 copas • Vino blanco y cerveza • Frutillas y crema • 1 chocolate marmolado o Sahne-Nuss • 2 sándwiches de queso azul y rúcula • 3 flores rojas • Canasto y mantel • Preservativos • Cuerda y cinta de embalaje • Guantes de goma • Bolsa de plástico grande • Pala • Bencina blanca, encendedor • Quitamanchas.

Manuel Mata Mata, 33 años, San Miguel.

Aglomeración

No sé en qué momento nos hicimos uno. Él era yo y yo era él. Sufrimos una metamorfosis extraña. Mis dedos se entrelazaron con los suyos y mi pecho estaba unido al de él. Sin darnos cuenta, un tercero se nos unió. ¡Qué increíble! Y de pronto éramos cuatro, cinco, seis, quince cuerpos unidos entre sí. Nos convertimos en una sola masa corporal. Fue entonces cuando escuchamos “se inicia el cierre de puertas” y nos tuvimos que desarmar para que el último despistado se pudiera bajar.

Paula Smith Schneller, 18 años, Puerto Varas.

El lector

Veía al viejo llegar a sentarse en un banco del Parque Forestal, frente al monumento a Rubén Darío. Siempre con un libro en la mano. Para mí, era el mayor lector del mundo. Se concentraba tanto en la lectura que parecía sumergirse entre las páginas. Y un día lo hizo: se metió en el libro. Juro que sí. ¡El libro lo absorbió! Me dije: “imposible”. Pero el mejor lector del mundo había desaparecido y el libro estaba inerte sobre el banco del parque. Pensé: “¡Qué libro más extraordinario!”. Y me lo robé. Lo llevé a casa con un gran lector y todo.

Rodrigo Atria Benaprés, 65 años, Ñuñoa.

Jugada escolar

Suena el timbre. Todos a sus salas. Dan la autorización y comienza la prueba. Juan tiene el torpedo. Le da un pase a Marta. Marta se lo devuelve a Juan, que le hace una pared a Felipe. Felipe con el torpedo. Lo lleva, lo usa, lo escribe. Le da un pase de taco a Berta. Ella, un pase casi suicida a Luis, que llama la atención del profesor. Luis lo esconde, pero él lo pilla. El profesor tiene ojo de halcón. Tarjeta roja. Para afuera de la sala de clase. Menos mal, porque yo seguía.

Gustavo Riffo Cisterna, 11 años, La Florida.

Haiku de oficinista

Cada mañana, la difícil elección: ¿azul o negro?

Victoria Galleguillos Alvear, 26 años, Providencia.

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