Frank García y sus imaginarios cotidianos

Frank García y sus imaginarios cotidianos

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–Entrevista por Claudio Troisemme.

A Frank lo conocí en uno de los talleres de poesía que impartí en el Centro Cultural de España. Me interesé principalmente por sus temáticas cercanas, su expresión sin artilugios, su lenguaje común, su gran sentido del humor y una naturalidad de quien parece no creerse mucho la película de la escritura.

Frank es un tipo que te cuenta un chiste con una seriedad terrible y luego se parte de la risa: parece como el cómplice de cualquier banda criminal organizada: algo así como “La Casa de Papel del Barrio”. Mientras otrxs escritorxs buscan en lugares más profundos o serios, Frank hace de la escritura un ejercicio cercano, lo trae a esos territorios de lo cotidiano donde ser o no ser escritor queda en segundo plano y lo que importa, es soltar aquello que se tiene que decir.

Frank nació en un municipio de Puerto Plata llamado “Montellano”. Cuando le pregunté, a modo de joderlo un poco, qué hay por ahí que se pudiera visitar, me dijo que hay una playa muy bonita llamada “Playa Cangrejo” y que también hay un ingenio azucarero que fue muy famoso en los años ochenta.

Frank es de estas personas que automáticamente genera vínculos con sus lectores: es capaz de convertir su cotidianidad en epopeyas épicas en las que un viaje al colmado de repente es una oportunidad de ligar con un delivery, e incluso, hacer ejercicios de memoria donde el pasado y las frustraciones juegan papeles principales. Aborda abiertamente su sexualidad y es capaz de reírse de sus propias ocurrencias. Se considera más que nada “poeta, activista, psicólogo general y paciente psicológico”. También afirma que le gusta el cine, la música (sobre todo el Rock), el crossfit y por supuesto, la literatura. Algunos de sus poemas han sido publicados en el periódico Listín Diario y varias de sus reseñas de cine han sido incluidas en la revista Cineasta. Actualmente se encuentra trabajando en la publicación de un libro de poemas, cuentos y monólogos el cual, nos cuenta, tentativamente llamará “La Congestión”.

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Sobre la entrevista

Esta entrevista ha sido un experimento extraño: primero le compartí una lista de preguntas en donde abordamos un poco sus motivaciones, su proceso de escribir, sus opiniones sobre el mundo editorial en Santo Domingo y otras cuestiones, pero luego me dediqué a hacer algo un poco más casual. Le hice algunas llamadas en diferentes momentos de la semana en las que, donde sea que estuviese, tenía que ir respondiendo a mis preguntas. La intención es algo así como agarrar fuera de base a Frank, pero cada llamada era más interesante en lo que respecta a lo orgánico y fluido de la conversación. Más o menos, en una de ellas, por ejemplo, recién pasaba por el pasillo del papel higiénico en el supermercado mientras me decía: “mano, parece que tenemos mucho que limpiar”. Así, el caótico resultado de nuestras conversaciones es este.

¿Dónde naciste?

FRANK En Puerto Plata, pero vivo en Santo Domingo desde hace siete años.

¿Has vivido en algún otro sitio?

FRANK No realmente. Solamente en Puerto Plata y Santo Domingo.

Me has contado algo sobre esto, pero me gustaría que me compartieras cuándo y cómo te acercaste a la escritura, cuáles fueron tus razones.

FRANK Creo que por las películas. Cuando hago memoria, lo más lejos que me acuerdo es plagiando. Tenía el ejercicio de ver las cosas y luego escribirlas. Me acuerdo, por ejemplo de “El príncipe y el mendigo” de Mark Twain. La escribía a mi forma y me atrevía a decir que era mía. Un amigo me dijo jablador cuando se dio cuenta de que era de una “película”. Así me di cuenta que tenía que escribir cosas propias. Muchacho… me dijo delante de otro carajito: “eso no lo escribiste tú jablador”. No te voy a mentir, me sentí mal.

Frank, ¿para qué sirve la literatura?

FRANK A mí me ha servido para crecer, para sobrevivir a tiempos difíciles, para encontrar mi vocación, mi camino. Al analizar esta pregunta de una manera objetiva me doy cuenta de que la literatura es una herramienta poderosa para mejorar el mundo.

¿Cuándo y por qué extraña razón entraste en ella?

FRANK Porque era muy malo para la pelota y el basketball. Mientras mis primos iban a la cancha yo me quedaba en la casa viendo películas, y con las películas llegaron los libros y luego la necesidad, casi obligación de expresar en letras mi manera de ver la vida y el entorno.

En mi casa había 30 nietos, gente de mi generación. Ya te imaginas, siempre ahí toditos. Con eso de los roles los hombres iban a jugar pelota y las chicas a jugar muñecas. No podía ir a jugar con las chicas, pero tampoco me gustaba jugar a la pelota. El punto fue encontrar mi espacio. A veces me pregunto que si fuera heterosexual quizá no hubiera escrito. Esto es una suposición, pero nada.

También la escritura fue saber que no encajaba. Busqué a qué aferrarme, a buscar lo mío. También lo de los estereotipos y eso. Le huía a parecer afeminado. Tampoco me sentía bienvenido, por ejemplo, vengo de una familia disfuncional. De la persona que más he escrito es mi padre. En estos últimos años me he reconciliado un poco con él. Quien lee mi poesía creería que es como el villano o algo así, pero en la adultez me he acercado más a él y tengo casi una deuda. Ese hombre del que hablo en los textos no existe. Tengo que redimirlo o reivindicarlo. Tampoco es que tengo que escribir un poema con lo que no es, poniéndolo como lo más “vacano”, pero a veces tengo ese deseo de escribir algo más positivo sobre su persona.

¿Con qué cosas que no son literatura te relacionas?

FRANK La música. Alanis Morissette, Kurt Cobain. Ahora que miro los noventa siento que todos tenían una urgencia de contar, de decir. Mi influencia primordial es la música. Shakira, Cerati, etc. La base de mis influencias son del grunge. En la niñez no encajaba por ser distinto. Ellos no encajaban ni yo tampoco. Y en mi pueblo, de ser “el raro” me volví “el vacano”. Cuando me pregunten quién es mi poeta favorito pudiera decir que Bunbury o no sé. Hasta estuve en una banda en la que escribía canciones.

¿Cómo se llamaba?

FRANK “Naciones ciegas”. Te envío el demo si quieres. Yo cantaba.

¿Qué instrumento tocabas?

FRANK No, ninguno, yo era quien cantaba… No sé si cantaba bien, pero le daba.

¿Tienes alguna anécdota especial o algún acontecimiento de fuerza mayor que cambió tu concepción del mundo y por el cual, encontraste camino a la escritura?

FRANK Mi evolución como escritor la he notado. Me doy cuenta que ese muchacho que escribía necesitaba un abrazo. Era muy fatalista y oscuro, tenía montón de problemas. Ahora soy más feliz y positivo. Antes en los noventa era mucho más difícil, pero igual ahora me siento un poco más relajado. No es que Junot sea mi escritor favorito (creo que lo he mencionado par de veces), pero qué se yo, es difícil de explicar. Encontré ahí una forma de hacer las cosas diferentes. Encontré por ejemplo, una entrevista de Patty Smith en la que dijo que cuando vio a Jim Morrison cantando se dio cuenta de que podía hacer eso y me dije, mira, es lo mismo que me produjo Mark Twain, Frank Báez y Junot Díaz.

¿Has robado un libro alguna vez? ¿Los rayas para marcar citas?

FRANK Siempre he querido, pero me faltan agallas. En mi defensa no he devuelto libros que me han prestado, al final eso también es robar. Suelo marcar frases favoritas y con esto de las redes, comparto frases en Instagram de libros y canciones.

¿Hay algún/a escritor/a o texto que haya cambiado tu concepción de la literatura?

FRANK Si, Oscar Wao de Junot Díaz. Me recordó que se pueden contar historias dominicanas. Siempre vi la literatura como algo de otros países como Chile, Inglaterra, Colombia. Con Oscar Wao fue como encontrar un libro cercano.

¿Qué es poesía?

FRANK No me gusta describirla porque siempre digo algo cursi o muy tonto. Tal vez no sé lo que es la poesía, pero sé que he encontrado un lugar en donde ser yo mismo sin temor. La poesía me ha dado un lugar al cual pertenecer.

¿Por qué vale la pena escribir y por qué poesía?

FRANK Por lo terapéutico del proceso. No considero que la poesía te sane completamente, pero sí te ayuda a identificar los dolores y las posibles salidas.

¿Qué define la escritura de Frank García?

FRANK La gente que me lee, me suele decir que soy valiente, pero yo no veo lo valiente de trancarse en la habitación y escribir en lugar de hablar, pero bueno. Tal vez esa sea mi forma de valentía. No sé si esto responda la pregunta, pero mis textos están llenos de frustraciones del pasado, añoranza y experiencias sexuales.

¿Por qué los temas sexuales son algo recurrente en tus poemas?

FRANK No sé, es raro. Si algo me aterra lo escribo. No me gusta hablar de eso porque es como psicoanalizarme. Es como ponerme a prueba. Es ver si eso me da vergüenza, o dolor y no sé. Me digo a mí mismo que escriba de eso. Para mí es algo terapéutico. Y con eso de la sexualidad, y en mi caso de la homosexualidad, todavía hay lugares en donde aún me da miedo decir que soy gay, donde hay ¿displacer?, que me producen malestar. Por ejemplo, con un amigo gay tenía una conversación de que por más que uno crezca, estudie, que evolucionen los derechos LGBT, es quizás porque aún no me acepto por completo y todavía hay lugares donde me aterra estar.

Puede que sea algo del pasado, pero no me siento a gusto en lugares estereotípicos como peluquerías y gimnasios. Aunque supuestamente he superado eso, son frustraciones que me acompañan, aunque no las he sanado completamente. En psicología es lo que buscamos, sobrellevar eso.

Me parece importante que se hablen estas cosas. Vivimos en un contexto social que es altamente violento con la disidencia sexual y los homosexuales.

No sé qué decirte. Para mí el humor es una herramienta. Es como en el cine, hay temas que son tan difíciles que es más fácil hacerlo a través del humor.

¿Por qué usas códigos que vienen de lo cristiano?

FRANK Vengo de una familia cristiana. Una vez me sacaron de una iglesia porque era gay. A pesar de que me sacaron de la iglesia, no me alejé de mi fe, sino de las iglesias. Aunque la gente puede percibir que soy ateo por mis textos, ha sido como lo que te decía con la sanidad y ponerme a prueba a mí mismo. Hay una parte de mí que tiene temor de encasillarme en algo.

¿Pero crees en el cristianismo?

FRANK Jesús me cae bien, es cool. Pero sus seguidores no tanto. Creo en ese Jesús revolucionario. También buscaba un grupo al cual pertenecer y quizá ese fue mi último intento. Mis bases son cristianas, pero me he convertido en un híbrido de todo lo aprendido. Puede sonar como contradicción pero me funciona a mí y al final la espiritualidad es algo individual. No se tiene que convencer a nadie en realidad. Se puede decir que he enriquecido mi forma de ver el mundo.

¿Y no te genera conflicto ese choque de ideologías?

FRANK No… he aprendido en cierta forma a tener una concepción más acabada de la espiritualidad. Me formé como evangélico, pero es difícil de explicar. Uno se cuestiona… no se deja de creer. Cuando crees que hay algo superior eso se queda ahí. No me fui por el lado de que dios es malo, pero no sé. Es que el cristianismo ha sido utilizado para manipular… Sí creo que hay algo superior, pero lo que te quiero decir es que a pesar de mi experiencia negativa con las iglesias he encontrado una espiritual muy personal. Escucho a los demás con más respeto por ejemplo. Me he vuelto más empático con otras formas de espiritualidad, ser más respetuoso con los demás. Quizá es una forma de no hacer a los demás lo que me hicieron a mí. Tampoco lo veo como un choque de ideologías. Lo que me di cuenta es que la espiritualidad sobrepasa lo escrito.

También me has contado que tienes muchas referencias del cine. ¿Qué cosas del lenguaje cinematográfico sacas para escribir?

FRANK En cine tienes que ser claro. Es como los guiones. Hay que ser muy claro, no se puede ir por las estrellas y etc… es más llano un guión. También en la manera cruda de contar las cosas. Bueno, como en todo, habrá de todo, pero el cine que me gusta sí. Creo que lo que responde a tu pregunta es quizá la manera llana de contar cosas. Es mi forma principal, sin artilugios. También me encuentro releyendo cosas mías y son como muchas imágenes que se parecen al cine. A veces siento que escribo así, como cinematográfico.

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¿Qué papel juega la intuición en ti como escritor?

FRANK Hoy en día mucho, pero hace par de años no tanto. Ahora sé cuándo es momento de escribir o cuándo es momento de leer. Este año ha sido más para leer que para escribir. Eso sí, lo leído siempre se ve reflejado en lo escrito, así que ya tengo deseos de ponerme a escribir.

¿Para quién o quiénes escribes?

FRANK De momento para mí. Escribí mucha basura por estar pensando en la aprobación externa. Ahora solo escribo para mí, pero disfruto mucho compartirlo, supongo que es mi ego artístico, disfruto que la gente me lea (que le guste o no le guste, es algo que no puedo controlar, nadie puede).

¿Tienes en cuenta a tus lectorxs al escribir?

FRANK De momento no, no sé qué pasaría si me contrata una editora millonaria. Mi proceso creativo tiene que ser egoísta o no me fluye.

¿Qué tanto de realidad y de ficción existe en tu poesía?

FRANK 80% realidad y 20% ficción.

¿Planificas antes de escribir o construyes en el ejercicio?

FRANK A veces sí. Cada texto se escribe a su manera, a veces empiezo por una frase o por un olor, que siempre está ligado a un recuerdo, otras veces hasta hago una escalera de lo que quiero hablar en el texto, pero lo que más disfruto es cuando el texto se escribe solo y me siento como dice Truman Capote, como un esclavo de las letras.

¿Qué tanto se relaciona la escritura en tus prácticas cotidianas?

FRANK Mucho, a veces no disfruto del momento por estar pensando en frases y poemas. Es loco, pero hasta me digo en mi cabeza, “esta situación se convertirá en un buen poema”. Y hasta tengo a las personas con etiquetas, algunos son personajes principales, secundarios o detonantes. Me gustan los personajes detonantes porque me hacen escribir.

¿Qué temas te parecen que no son tocados en la literatura actual dominicana?

FRANK Homosexualidad como forma de vida, no como enfermedad o como actividad clandestina. La diversidad, personas con discapacidad.

¿Cuáles librerías o espacios culturales que vendan y/o promocionen el libro conoces?

FRANK Que vendan hay muchos, pero que inviertan y ayuden a los nuevos escritores no conozco ninguno. Donde suelo comprar libros, cuando no es por internet, en en Casa Cuesta (que tiene prácticamente el monopolio), en Librería Mamey, y como mi vida está dividida en dos pueblos, cuando voy a Puerto Plata voy a Abraxas.

¿Cómo ves la situación del libro en Santo Domingo?

FRANK No soy pesimista, me gusta la idea de un nuevo renacimiento. Sé que se acerca una época de despertar artístico en Santo Domingo y en todo el mundo. Los escritores debemos seguir escribiendo y aprender a promocionar nuestros proyectos (esto lo he aprendido en Moñohecho).

¿Qué crees y cómo ves la situación actual del sector editorial en República Dominicana?

FRANK Tenemos que ponernos las pilas, dejar de pensar que la gente no lee o no compra, tenemos que ser empresarios además de artistas.

¿Crees que las editoriales dominicanas tienen apertura con relación a autorxs que abordan temáticas de disidencia sexual?

FRANK No se trata del tema que aborden, más bien es que no quieren tomar riesgos con artistas nuevos. Y no es algo que pasa solo en las artes, el dominicano aun piensa que lo extranjero es mejor. Hay que derribar eso.

¿Cómo das a conocer tus textos: qué herramientas o espacios utilizas?

FRANK A través de las redes, recitales, y autopublicación.

¿Cómo ha sido tu experiencia de escribir durante un mes un poema al día?

FRANK Una experiencia muy positiva, fue un mes de inspiración, de cacería de la inspiración. Me gustó mucho el reto, pero el primer texto me dio lucha por el tema de sintetizar (por lo de que tenía que tener menos de 100 palabras). Ese día me dio lucha.

¿Qué puedes decir que “aprendiste” durante ese tiempo?

FRANK Lo que más me gustó fue que me abrió los ojos. Uno se acostumbra a todo (nos pasa a todos) y el reto me puso a ver todo alrededor, mira al frutero, a la vecina, quien vende café… Estaba enfocado en mirar el entorno. Me ayudó mucho con la disciplina. Trato de derribar esa idea de la musa, y con el reto tuve que sentarme a escribir. Me mantuvo despierto. Por eso lo recomiendo, es hasta casi una terapia de psicología. Aprendí que la práctica y la disciplina son la base de todo. Derrumbé esa idea de que “la musa te debe encontrar”. A la musa hay que buscarla y hacerla tu aliada.

Cuéntame en qué proyectos o actividades estás participando actualmente.

FRANK Estoy trabajando con Ediciones Catinga en la publicación de un libro de poemas y relatos, además tengo una idea para mi primera novela y me está pidiendo que me siente a escribir. Tan pronto termine lo de Catinga pues me sentaré a escribir.

Frank García forma parte de la “Colección de cuadernos de Frasco de Paisaje” del proyecto cultural Moñohecho.

Frank García Escritor

“Yo nací a principios de los años 80. Soy uno más de esa generación de hombres que aprendió a leer con el libro Nacho y que luego en la pubertad se hizo seguidor de Nacho Vidal (Al parecer leer, está muy ligado al descubrimiento sexual)”.
“No.[01] Frank García”
(Colección de cuadernos de Frasco de Paisaje)

(Ediciones Moñohecho, 2019).
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