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"Está la sala poblada de criaturas
como el mar o un bosque de los primeros
días.
Sus diversas especies: los venturosos
jarrones
a quienes alimentan las despedidas más
dulces,
las sillas ágiles inclinadas al agua del
espejo
y esa fina serpiente de la lluvia, que
danza
entre las hojas de la pared raída.
Y las manos tan tristes del abuelo,
en otra sala, en esperanza y luz
distintas".
-Eliseo Diego. Extraído del poema "La
casa".
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POEMAS:
VERSIONES
La
muerte es esa pequeña jarra, con flores pintadas a mano, que hay en todas las
casas y que uno jamás se detiene a ver.
La
muerte es ese pequeño animal que ha cruzado en el patio, y del que nos consuela
la ilusión, sentida como un soplo, de que es sólo el gato de la casa, el gato
de costumbre, el gato que ha cruzado y al que ya no volveremos a ver.
La
muerte es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente
a un lado, y al que nadie acertó nunca a reconocer.
La
muerte, en fin, es esa mancha en el muro que una tarde hemos mirado, sin
saberlo, con un poco de terror.
-Eliseo
Diego. (2004).
Poesía y prosa selectas. Caracas, Venezuela: Biblioteca
Ayacucho.
ODA
A LA JOVEN LUZ
En mi país la luz
es mucho más que el tiempo, se demora
con extraña delicia en los contornos
militares de todo, en las reliquias
escuetas del diluvio.
La
luz
en mi país resiste a la memoria
como el oro al sudor de la codicia,
perdura entre sí misma, nos ignora
desde su ajeno ser, su transparencia.
Quien corteje a la luz con cintas y
tambores
inclinándose aquí y allá según astucia
de una sensualidad arcaica, incalculable,
pierde su tiempo, arguye con las olas
mientras la luz, ensimismada, duerme.
Pues no mira la luz en mi país
las modestas victorias del sentido
ni los finos desastres de la suerte,
sino que se entretiene con hojas,
pajarillos,
caracoles, relumbres, hondos verdes.
Y es que ciega la luz en mi país deslumbra
su propio corazón inviolable
sin saber de ganancias ni de pérdidas.
Pura como la sal, intacta, erguida,
la casta, demente luz deshoja el tiempo.
-Eliseo Diego. Extraído de "Los días
de tu vida (1977)".
(2001). Poemas (antología). Barcelona, España: Plaza
& Janés Editores S.A, Colección Debolsillo.
CANCIÓN
PARA TODAS LAS QUE ERES
No sólo el hoy fragante de tus ojos amo
sino a la niña oculta que allá dentro mira
la vastedad del mundo con redondo azoro,
y amo a la extraña gris que me recuerda
en un rincón del tiempo que es invierno
ampara.
La multitud de ti, fuga de tus horas,
amo tus mil imágenes en vuelo
como un bando de pájaros salvajes.
No sólo tu domingo breve de delicias
sino también un viernes trágico, quién
sabe,
y un sábado de triunfos y de glorias
que no veré yo nunca, pero alabo.
Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas,
contra mi pecho las abrigo,
colman mi corazón, y en paz las amo.
-Eliseo
Diego. (1990).
Cuatro de Oros. La Habana, Cuba: Editorial Letras Cubanas.
EL SEGUNDO DISCURSO:
AQUÍ UN MOMENTO
Tendrán que oírme decir no me conozco, no sé
quién ríe por mí la noble broma,
en torno de mi abuelo dicen
que buen vino rondaba,
que gruesa frente y respirar de toro,
dicen, aquí en familia,
que su padre rompió la sien como crujiente almendra
para moler la noche ciega,
para librar la sombra
que le cegaba la nariz al moro,
sino que puede que fuese mi vecino
puesto que toda muerte, dicen,
es sólo un crimen, una farsa salvaje,
y hace ya tanto tiempo que no importa
hacen ya tantos viernes
¿barajas las semanas?
que no sé si es el sueño de ayer tarde
o el recuerdo que tengo,
que tuve, que tenía de mis manos,
que dos espejos, dicen, fácilmente procuran
estas visiones y yo digo
que primero me invento alguna cosa
con que alarme las cuerdas de la cara
y luego los abuelos, quizás, y la memoria.
Porque yo vi la pesadumbre,
las jerarquías cerradas del velorio,
la madera final y la pobreza,
me pasma lo callado, brutalmente
me pasma lo callado y digo
-Eliseo Diego. Fragmento del poema "El
segundo discurso: aquí un momento".
(2014).En la calzada de Jesús del Monte. Santo
Domingo, República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
VOY
A NOMBRAR LAS COSAS
Voy a nombrar las cosas, los sonoros
altos que ven el festejar del viento,
los portales profundos, las mamparas
cerradas a la sombra y al silencio.
Y el interior sagrado, la penumbra
que surcan los oficios polvorientos,
la madera del hombre, la nocturna
madera de mi cuerpo cuando duermo.
Y la pobreza del lugar, y el polvo
en que testaron las huellas de mi padre,
sitios de piedra decidida y limpia,
despojados de sombra, siempre iguales.
Sin olvidar la compasión del fuego
en la intemperie del solar distante
ni el sacramento gozoso de la lluvia
en el humilde cáliz de mi parque.
Ni tu estupendo muro, mediodía,
terso y añil e interminable.
Con la mirada inmóvil del verano
mi cariño sabrá de las veredas
por donde huyen los ávidos domingos
y regresan, ya lunes, cabizbajos.
-Eliseo Diego. Extraído del libro "En la
calzada de Jesús del Monte" (2014).
Domingo,
República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
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FRASES SUELTAS:
"El tiempo del Paraíso es la transparencia del agua.
El tiempo del Infierno es la transparencia de un espejo".
-Eliseo Diego. Extraído del poema "Los
tiempos" de Versiones (1967).
"Entro del sol a la caverna
por donde trepan los estantes
de la densa caoba: las materias
todas del mundo allí petrificadas
están según su especie: allí la sal
preside el orden cósmico
de los indiferentes minerales
que no conocen fin, mientras esparcen
sus frágiles aromas las sustancias
hijas del tiempo y la ternura".
-Eliseo Diego. Extraído del poema
"Encuentro en una bodega".
(1990).Cuatro de Oros. La Habana, Cuba: Editorial
Letras Cubanas.
"La multitud de ti, la fuga de tus horas,
amo tus mil imágenes en vuelo"
-Eliseo Diego. Extraído del poema
"Canción para todas las que eres".
(1990).Cuatro de Oros. La Habana, Cuba: Editorial
Letras Cubanas.
"Es el infierno el restaurante del hotel"
-Eliseo Diego. Extraído del poema "La cena".
(1990).Cuatro de Oros. La Habana, Cuba: Editorial
Letras Cubanas.
"Sucede, amiga, que tú ayer me has
dicho
tú por primera vez tan suavemente
como se fuga de un jardín su aroma
cuando, de pronto,
alguien entorna su escondida puerta".
-Eliseo Diego. Extraído del poema
"Tú".
(1990).Cuatro de Oros. La Habana, Cuba: Editorial
Letras Cubanas.
"Cómo pesa mi nombre, qué maciza
paciencia para jugar
sus
días
en esta isla pequeña rodeada por Dios en
todas partes,
canto del mar y canto irrestañable de los
astros".
-Eliseo Diego. Extraído del poema "El
primer discurso".
(2014).En la calzada de Jesús del Monte. Santo
Domingo, República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
"Hinchado por el soplo de los
dispersos días
verán el libro de las generaciones
y cómo el olvido engendró a la muerte
cuyos morados ojos decimos la distancia,
como la muerte engendró a mi espejo,
mi espejo engendró
la fiel imagen que inicia su periplo".
-Eliseo Diego. Extraído del poema "El
segundo discurso: aquí un momento".
(2014).En la calzada de Jesús del Monte. Santo
Domingo, República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
"Y el interior sagrado, la penumbra
que surcan los oficios polvorientos,
la madera del hombre, la nocturna
madera de mi cuerpo cuando duermo".
-Eliseo
Diego. Extraído del poema "Voy a nombrar las cosas".
(2014).En la calzada de Jesús del Monte. Santo
Domingo, República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
"Y el tumultuoso viento henchido de
voces como río que
surca el escándalo bermejo de los peces.
La piel áspera y tensa del polvo nunca supo
el alivio del
árbol ni la grácil ternura de las danzantes
hierbas".
-Eliseo
Diego. Extraído del poema "Los portales".
(2014).En la calzada de Jesús del Monte. Santo
Domingo, República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
"Oigamos las figuras, el son tranquilo
de las formas,
las casas transparentes donde las tardes
breves suenan
con el rumor distinto del agua en variadas
copas,
y su canción humilde sueñen igual que las
esferas".
-Eliseo
Diego. Extraído del poema "IV".
(2014).En la calzada de Jesús del Monte. Santo
Domingo, República Dominicana: Ediciones Carro de Heno.
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