Charles Bukowski: ¡hijo de puta para todo! (Antología poética)

Charles Bukowski: ¡hijo de puta para todo! (Antología poética)

 

Charles Bukowski (1920). Escritor norteamericano nacido en Alemania. Sus poemas rompieron completamente la estética y la temática tradicional en la tendencia de su tiempo, abriendo nuevas posibilidades a las narrativas formales que hoy nos parecen paisajes habituales. Bukowski, siempre atento a la decadente sociedad que le tocó vivir, es difícilmente presa del encasillamiento: sus poemas gozan de un carácter auténtico y fácilmente reconocible. 

Cuando se elige un poema al azar de cualquiera de sus libros, lo que menos esperas es el ¡BANG!, el tremendo puñetazo en medio de la cara (dientes afuera, sangre derramándose por las mejillas, lloriqueos) y las ganas de responder el golpe entre el desconcierto y el asombro. Para suerte de los lectores, ese puñetazo pudiera ser la metáfora mejor lograda para describir la esencia de Hank, así que vayan buscando los guantes.

Héroe de sí mismo, inundado de los paisajes habituales más decadentes de su América, endiosando las coléricas imágenes de la frustración y sin miedo de dejarlas escritas como confesiones íntimas: no teme hablar sobre sus vicios, su repudio, su fracaso. Rehúye de la poesía conservadora que busca la estética y la profundidad: prefiere a los borrachos, a los ladrones, los drogadictos, las prostitutas, las carreras de caballos, los desorientados, las notas al margen social y los antihéroes urbanos. Tiene esa capacidad de crear todo un mito de sí a tal punto, que el personaje de sus poemas y él se entrecruzan sin definirse. Bukowski es uno de los poetas con más personalidad que se pueden encontrar en los anaqueles más selectos: te da la sacudida más extraordinaria que la poesía pueda dar, sus poemas sirven para más que alegrarte un rato. Leerle es como sentarte a beber romo con algún amigo mientras te cuenta una docena de experiencias en algún antro de la ciudad, algún prostíbulo, alguna corrida de caballos, algún problema.

Lo más interesante de Bukowski es lo insistente que fue al hacer poesía, al vivir poesía, a no morir en esta vida que nos ahoga con montón de negatividad. No creo conocer otro escritor tan lúcido sobre su propia finitud, sobre su condición de materia orgánica en descomposición (y que ni le importe), en masa amorfa de tejidos que el alcohol sabe bien lavar. Sabe que la muerte está al llegar en cualquier momento, pero le importa un carajo, pues sabe plantarle cara y ponerla a coger lucha. 
Entre toda esa pila de papeles en el cesto de la basura está algo de sentimentalismo: cuando crees que es el hombre más repugnante sobre la faz de la tierra, te acuerdas que en algún momento así somos todos. Si te llega a las manos algún libro suyo, tíralo lo más rápido que puedas o siéntate a charlar con el Charles Bukowski. Recomendado para leer en un colmado, con un pote de romo y fumando.
–Claudio Troisemme.

Aquí compartimos con ustedes la antología poética: “Charles Bukowski: ¡hijo de puta para todo!”, y el documental sobre su vida:

The Charles Bukowski Tapes (1987)

http://www.cultmoviez.info/18401/charles-bukowski-tapes.html


DE COME ON IN! (¡Adelante!) (poemas póstumos):


Bukowski, Charles. (2006). ¡Adelante! (3ra edición, 2007).
Madrid, España; Visor Libros. 


Hola y adiós

no hay infierno como tu propio infierno,
ninguno es comparable,
te retuerces entre las sábanas por la noche,
tienes el culo helado,
la mente en llamas,
todo es estúpido, estúpido,
mientras estás atrapado en tu pobre cuerpo y en
tu pobre vida
y todo se disuelve, se disuelve, se disuelve
en la nada.
como todos los demás cuerpos, como todas las demás
vidas,
se nos va descartando,
nos derriba
la enfermedad
el roce continuo contra
los años difíciles, los años más difíciles.
no hay
escapatoria,
sencillamente tenemos que arrostrarlo,
aceptarlo,
o como la mayoría,
no pensar en ello.
en absoluto.
te quitas y te pones los zapatos.
las vacaciones vienen y van.
hola,
adiós.
te vistes, te desvistes.
comes, duermes.
conduces un automóvil.
pagas impuestos.
te lavas debajo de los brazos y
detrás del cuello
y restriegas con fuerza todo
lo demás, desde luego.

elige el ataúd con
tiempo.
palpa la madera tersa.
opta por un interior
suave, acolchado, caro.
el vendedor te felicitará
por tu buen
gusto.

luego atérralo.
dile que quieres probar si te va
bien.

no hay infierno como tu propio
infierno y
nunca
hay nadie más
para compartirlo contigo.
es como si fueras la única persona
sobre la faz de la tierra.
a veces te sientes como si
lo fueras.
y tal vez lo seas.

mientras tanto, sácate las hebras del
ombligo,
acepta lo que hay,
echa un polvo de vez en cuando,
no te comprometas con nada en absoluto.
siempre ha sido así, siempre ha sido
así.
no grites.
no queda nadie que te 
oiga.


qué cosas tan raras,
qué cosas tan raras estas ciudades, estos árboles,
nuestros pies caminando por las aceras,
la sangre en nuestro interior
que lubrica nuestros
corazones,
los siglos finalmente destrozados
mientras te pones los calcetines y te los
subes por encima de los

tobillos.

Llora

llora por la indiferencia de los peces voladores

llora por la ausencia de las rubias de larga melena

llora por la tristeza que te embarga

llora por Bach

llora por los animales extintos

llora por el reloj del abuelo

llora por llorar
porque a nadie le importa

las puertas se abren de aquí para allá
las luces se encienden y se apagan
se arrancan los dientes

perdono la indiferencia de los peces voladores

perdono a la mariposa y la polilla

perdono a la primera mujer que tuvo mi psique
entre las yemas de sus dedos cuando
fui vendido como esclavo

tanto tiempo atrás.

Nada de líderes por favor

invéntate y luego reinvéntate a ti mismo,
no nades en el mismo cenagal.
invéntate y luego reinvéntate a ti mismo
y
záfate de las garras de la mediocridad.

invéntate y reinvéntate a ti mismo,
cambia de tono y de forma tan a menudo que
nunca puedan
clasificarte.

cobra nuevas fuerzas y
acepta lo que hay
pero sólo según los términos que hayas inventado
y reinventado tú.

sé autodidacta.

y reinventa tu vida porque debes hacerlo;
es tu vida y
es historia
y el presente
sólo te pertenece

a ti.

No es que sea clarividente pero…

uno de los problemas es
que cuando la mayoría de la gente
se sienta a escribir un poema
piensa:
“ahora voy a escribir un
poema”
y entonces
se ponen a escribir un poema
que
suena como un poema
o la idea que tienen de
cómo debería sonar un poema.

ése es uno de sus
problemas.
como es natural, hay otros
problemas:
esos escritores de poemas
que suenan como poemas
se creen en la obligación
de ir por ahí
leyéndoselos
a otros.

eso, según dicen, se hace
por el prestigio y el reconocimiento
(tienen buen cuidado
de no mencionar
la vanidad
ni la necesidad de obtener la
instantánea aprobación
de un público
escaso y confuso).

los mejores poemas,
me parece a mí,
se escriben por
una necesidad
fundamental.
y una vez está escrito
el poema,
la única necesidad
después de eso
es escribir
otro.

y el silencio
de la página escrita
es la
mejor respuesta
a un trabajo
terminado.

hace décadas
advertí una vez
a unos amigos míos
poetas
acerca de la naturaleza
masturbatoria de los recitales
celebrados únicamente
en busca del aplauso de
un puñado de
idiotas.

—aíslate y
haz tu trabajo, y si
debes mezclarte, mézclate
con aquellos que
no tienen el menor interés
en lo que tú consideras
tan importante.
una ira tal,
una respuesta tan
farisaica
me dispensaron entonces
mis amigos poetas
que tuve la impresión
de que había demostrado
exactamente que
estaba en lo cierto. 

después,
todos nos
distanciamos.

y eso solucionó sólo
uno de mis
problemas
y supongo
que sólo uno de

los suyos.

A las mujeres que ya no están aqu´ˆ

tanto da

deberías verme ahora

al volante camino al hipódromo

con una diminuta bandera alemana como decoración en el
parabrisas
trasero.

no me gusta el tráfico denso en el
bulevar y
voy por las calles secundarias del gueto
negro.

los años han pasado
deprisa.

la Muerte va en el asiento de
al lado.

hacemos una pareja
encantadora.

un hombre encuentra consuelo mientras conduce
y espera.

un consuelo es
lo afortunado que soy
de no haberme asentado permanentemente
con ninguna de las
mujeres.

mientras conduzco, ese pensamiento regresa hasta
mí y cae a mis pies.

la Muerte lo recoge
me mira
se estremece
y se apresura a abrocharse el

cinturón de seguridad. 

Ahora es cuando vienen a por lo que queda de tu alma

los libros se venden, hay artículos sesudos, cada vez
más artículos sesudos en los que se asegura que mi obra es,
sin duda,
al fin, buena que te cagas.
se me enseña a la par con algunos de los grandes.
tiempos peligrosos, tiempos de lo más peligrosos
para mí.
si acepto mi nueva posición, entonces debo trabajar desde
esa nueva
posición.
luego debo intentar defender mi terreno, no
despojado.
pero he visto a muchos otros
ablandarse, perder su fuerza natural.
demasiada aprobación te destruye.
así que escuchen, señoras y señores de gran sensibilidad, no
voy a
hacer ni caso de sus recientes aplausos,
tengo la intención de seguir a mi aire, cometer mis errores,
enfurecer a los que están afianzados y mearme en sus
guardianes, ángeles y/o diablos.
tengo la intención de hacer lo que
tenga que hacer, lo que siempre he hecho.
me lo he pasado demasiado bien como para flaquear ahora.
no escaparán de mis garras de hierro
y yo escaparé de las

suyas.

Allá vamos otra vez

es una estupidez, lo sé, pero tengo la
habilidad de sentirme feliz por alguna nadería o sin razón en
absoluto,
no es un inmenso alborozo, sino
más bien una calidez
constante:
algo así como una estufa caliente en una noche
fría.

no tengo religión, ni siquiera una
filosofía decente
y no soy
estúpido: sé que la muerte acabará por
llegar
pero ni siquiera eso lo considero
un factor
negativo.

por lo visto afronto reveses, mala
suerte, tragedias menores, sin
dificultad, mi estado de ánimo permanece
inalterado.
tanta experiencia, tal vez, me ha
enseñado
la manera de permanecer impasible.
sin embargo, hay una situación
que no puedo soportar:
una mujer amargada, deprimida,
furiosa
todavía es capaz de aniquilar cualquier
buen sentimiento
que pueda quedarme; y
sin más ni más me desespero y
vuelvo a caer en un pozo
negro.
eso ocurre con cierta
regularidad y por desgracia
en un abrir y cerrar de
ojos me pongo huraño y
me deprimo.

y es una estupidez,
debería ser capaz de no hacer el menor caso de los
trastornos
femeninos
incluso mientras esa mierda oscura
(a pesar de que esa mierda oscura)
me inunda el

cerebro.

Apechuga con la cuenta atrás

“hoy”, dice el locutor de radio,
“es el Día de la Bastilla.
hace 203 años tomaron la Bastilla al asalto",
y ese es cl momento álgido de mi día.
he estado jodido de veras de un tiempo a esta parte.
salgo,
me desnudo,
me meto en la piscina, me calm el flotador
azul en torno a la barriga
y correteo por el agua.
me siento como un viejo.
qué coño, soy un viejo.
cuando nací sólo habían pasado 132 años desde
el Día de la Bastilla.
ahora, el dolor en la pierna y el pie derechos hacen que
el día en las carreras me parezca largo
y las décadas se me aferran como
sanguijuelas,
chupándome la energía y
el espíritu.
pero tengo la intención de volver por mis fueros
muy pronto.
necesito entrar en acción, jugármela.
ahora me tomo una cerveza fría,
me relajo y floto.
de pronto todo parece más halagüeño.
la pierna y el pie ya no me duelen.
hasta empiezo a sentirme bien.
¡aún no estoy acabado!
voy a seguir en el ruedo.
¡bravo por el Día de la Bastilla!
¡bravo por todos los perros viejos!
¡bravo por ti!
¡bravo por mí!
esa bendita noche

postrera aún no ha llegado.

Un apunte sobre poesía moderna

la poesía ha recorrido un largo camino, aunque muy
lentamente;
no eres tan viejo como yo
y recuerdo hacer leído
revistas en las que al final de un poema
ponía:
Paris,
por lo visto, eso cambiaba la
cosa, de manera que quienes podían permitírselo
(y algunos que no podían)
se iban a
PARÍS
y escribían.

también soy lo bastante viejo como para recordar cuando los
poemas
hacían referencias a los dioses
griegos y romanos.
si no eras ducho en dioses no eras muy buen
escritor.
además, si no eras capaz de colar un verso en
español, francés o
italiano,
con toda certeza
muy bueno.

hace 5 o 6 décadas,
tal vez 7,
algunos poetas empezaron a usar
“yo” en vez de “Yo”
o
“&” en vez de “y”.
muchos siguen usando el “yo”
con minúscula y muchos más siguen usando el
“&”
convencidos de que resulta
poéticamente muy efectivo y
moderno.

así mismo, la noción más antigua aún en boga es
que si no puedes entender un poema entonces
casi con toda certeza es
bueno.

la poesía sigue avanzando lentamente, supongo,
y cuando un mecánico de coches cualquiera
empiece a llevar libros de poesía para leer
a la hora del almuerzo
entonces sabremos que estamos avanzando en
la dirección
adecuada.

&
de eso
yo

estoy seguro.

Carta tipo

estimado señor:
gracias por su manuscrito
pero por la presente le informó
que no tengo influencia especial
con ningún editor o director de una editorial
y si la tuviera
no soñaría siquiera con decirles
quién o qué
publicar.

yo nunca he enviado ninguna
de mis obras a nadie que no fuera
editor o director editorial.
a pesar de que
mi obra
fue rechazada durante
décadas,
ni se me pasaría por la cabeza
enviar mi trabajo a
otro escritor
con la esperanza de que ese otro
escritor me ayudara
a publicar.

y aunque he
leído parte de lo que
me envió
le devuelvo su trabajo sin
otro comentario
que la pregunta
¿cómo consiguió mi
dirección?
¿y el descaro
para enviarme
una bazofia
tan evidente?

si cree que soy desagradable,
me parece muy bien.
y gracias por decirme
que soy un
gran escritor

ahora tendrá
la oportunidad de replantearse
esa opinión
y escoger otra

víctima.

Celos

conozco a un tipo, es
extraordinario, soso
de la leche,
pero mételo en una habitación llena de
mujeres
y da con la más
fácil
y se ponen a hablar
y al final seguro que
desaparecen
y echan un
polvo.

su conversación es del todo
banal:
—ah, ¿tu madre
era de Michigan? ¡yo tenía un
hermano que fue a la
Universidad de Detroit!

lo que quiero decir con todo esto es
que habla y habla
de cualquier cosa y escucha y
escucha interminablemente
cualquier cosa.
las mujeres
se lo
tragan
de veras.

la mayoría somos
incapaces de hacer
nada semejante
pero este tipo
puede hablar
de gilipolleces durante horas
y mucho después,
tras culminar su
coito,
regresa
con la mujer sonriente
igual que un Rey León
como si
todo el asunto
fuera
una aventura entrañable
y de alguna manera
gratificante
para

todos nosotros.


Correo al rojo vivo

sigo recibiendo muchas cartas
de jovencitas.
evidentemente han leídos algunos de
mis libros
pero eso rara vez
lo mencionan.

muchas de sus cartas vienen
en papel
rosa o rojo
y me informan de
que quieren
besar mis labios y
quieren
venir a vivir conmigo
y
dicen que harán cualquier cosa,
lo que sea,
por mí y para mí
siempre que pueda seguirles
el ritmo.
asimismo, las más jóvenes se apresuran
a mencionar su
edad: 21, 22, 23...
estas Cartas son
fascinantes,
claro,
pero siempre las tiro
a la basura
porque sé que todo
tiene su precio,
sobre todo cuando
se anuncia como si fuera
gratis.

ademas,
¿que sentido tiene?
las chinches follan, los pájaros
follan, los caballos
follan, tal vez algún día
averiguarán que
incluso el viento, el agua y
las piedras
follan.

y
¿dónde estaban todas esas chicas
ardientes
cuando andaba muerto de hambre,
sin blanca, era joven y estaba
solo?
no habían
nacido todavía, claro.
ahora no puedo culparlas
por
ello.
pero culpo a las chicas
de mi juventud
por no hacerme caso y
por acostarse con todas las
demás
almas aguadas.
esos otros muchachos, supongo,
estarían agradecidos entonces de poder
meterle el rabo a
cualquier cosilla bien dispuesta que
se meneara.

ojalá, pienso ahora, alguna chavala hubiera
tropezado conmigo entonces
cuando tanto necesitaba su cabello al aire sobre mi
cara
y sus ojos sonriéndoles a los míos,
cuando tanto necesitaba
esa furiosa música
y esa furiosa disposición femenina
a ser
desarmada.

pero me dejaban para que estuviera a solas
en diminutas habitaciones alquiladas
con la única compañía
de caseras mayores
y el ir y venir
de cucarachas
despiadadas, me
dejaban terriblemente solo con
mañanas suicidas y
noches en
el banco de un parque.

y ahora que
son viejas
y
yo soy viejo

no quiero
conocerlas
ahora

ni conocer siquiera
a sus
hijas

a pesar de que
los dioses
en su infinita sabiduría
siguen negándose a
dejarme
olvidar y

descansar. 

¡Eh, hola!


cuando llegue la muerte con su postrer beso frío
estaré preparado.
(ya he tenido lo mío de
besos
mortales.)
las mujeres locas que me ayudaron
a consumir mis horas
mis años
me han preparado para la
oscuridad.

cuando llegue la muerte con su postrer beso frío
estaré preparado:
nada más que otra puta
que llega para
darme

el palo.

En las soleadas lomas de la universidad

creo que tantas décadas de enseñar literatura
inglesa le han afectado.

sus escritos se han vuelto cada vez más
acomodados.
ha sobrevivido, se ha aferrado a su empleo, ha
cambiado de esposa (a menudo).
pero todo le resultó demasiado fácil, en el fondo, dar esas
clases de
literatura
y avanzar sin el menor esfuerzo, y al
hacerlo se ha saltado algo importante,
la realidad, quizás,
y eso empieza a notarse.
cada nuevo libro de poesía resulta más
acomodado (como he dicho antes).

creo que la buena poesía debería asombrar , dejar estupefacto
y,
sí, divertir al tiempo que se acerca tanto como sea posible
a la verdad.
yo puedo sacar toda la comodidad que necesito de un buen
puro.

si ese caballero espera que otros enseñen su propia
poesía
en futuras clases de
literatura inglesa
más le vale mover el culo de la arena cálida
y ponerse a chapotear en las malditas aguas de la vida
real.
o igual es que prefiere ser un buen vejete
por siempre jamás,
adorado y confortado por estudiantes jóvenes y
bien dispuestas.
eso no está tan mal, en realidad,
teniendo en cuenta que pagan muy bien por

ello.

Esta máquina es una fuente

mi sistema es siempre el mismo:
déjate de rigideces
escribe un puñado de
poemas
pon toda la carne en el
asador y
no te preocupes por
los
malos.

que siga fluyendo
que siga
la racha
olvídate de la inmortalidad
si alguna vez
te acordaste de
eso.

el sonido de la máquina es
bueno.

mucho papel
más deseo.


sigue martilleando y espera a la dama
fortuna.

vaya chollo. 

Gracias por tu ayuda

aquí
hay cada vez menos razones para escribir a medida que todos
me van rodeando.
he puesto barricadas en puertas y ventanas, tengo agua
embotellada, comida
enlatada, velas, herramientas, cuerda, vendas, palillos, hierba
gatera,
trampas para ratones, lectura, papel higiénico, mantas,
armas de Fuego,
espejos, cuchillos
—cigarrillos, puros, golosinas—
recuerdos, remordimientos, mi certificado de nacimiento,
fotografías de
meriendas,
desfiles
invasiones;
tengo spray para cucarachas, buen vino francés, clips
sujetapapeles y el calendario
del año pasado porque
ESTE PODRÍA SER MI ÚLTIMO POEMA.
podría ocurrir y, claro, he sopesado y
vuelto a sopesar la
m u e r t e
pero aún tengo que desentrañar
sentirme
igual que un estúpido con respecto a todo,
cspccialmente ahora.
—me limito a esperar lo peor.
no hay nada peor que esperar,
sencillamente esperar. siempre he detestado
esperar. ¿qué tiene esperar que lo hace tan
intolerable?
—como tú, que estás esperando a que acabe este
poema y 
yo, que no sé exactamente
cómo,
así que no voy a hacerlo.
de manera que, si resulta que lees esto
en una revista o un libro
sencillamente
arranca la página
hazla pedazos
y ésa es la manera más digna
de acabar este poema
de una vez por

todas.

He seguido a pesar de todo 

casi desde que empecé a escribir
hace décadas me
han perseguido
quienes susurraban y chismorreaban
y proclamaban
todos los días
todas las semanas
todos los años
que
ya no puedo escribir
que ahora
tropiezo y
caigo.

cuando empecé
había cantidad de quejas sobre
el contenido de mis
poemas y relatos.
“¿a quién le importa la vida cutre de un
holgazán borracho?
¿es que no sabe escribir más que de
putas y vomitonas?”

y ahora
su queja es:
“¿a quién le importa la vida de un
holgazán
rico?
¿por qué ya no escribe
sobre putas y
vomitonas?”

y los Académicos consideran que soy
demasiado crudo
y no me he relacionado con la mayoría de los
demás.

La poca gente que conozco bien no tiene nada que ver
con la poesía.

también ha habido odio/envidia
por parte de
algunos colegas escritores
pero eso lo considero
uno de mis mayores
logros.

cuando me inicié en este peligroso
juego
predije que ocurrirían
precisamente estas
cosas.

ya pueden clamar:
si no fuera yo,
sencillamente sería algún
otro.
estos
chismosos y quejicas,
¿qué han logrado
ellos?

si nunca han ascendido
no
pueden
resbalar ni

caer.

La esposa del poeta muerto 

me dijo que yo era insensible
que ni siquiera veneraba a Dios ni sentía cariño por los
animales. hasta las moscas tienen alma,
me dijo.

estábamos en la habitación de un motel en Laguna
Beach. estaba gorda y
yo también y quizá de acuerdo con esa
magnífica naturaleza del universo que todo lo abarca
ambos teníamos almas
cual moscas.

levanté mi copa
y la vacié.


—joder —dijo ella—, William también bebía
demasiado. ¿no sabes que la vida puede ser
maravillosa?

—sí, por eso bebo.

—¿no te encanta la hermosura de la naturaleza? —me
preguntó—. ¿nunca piensas en el milagro
de la vida?

—pienso en el milagro de la muerte.

—antes pensaba que eras un gran poeta —me
dijo—, pero ahora que te he conocido y sé
más de ti, ya no lo creo.
no puedes echarme
un polvo.

—no tengo el menor deseo de echarte
un polvo—respondí—, y tú lo sabes.

eran las 3 de la madrugada y me largué de la
habitación del motel con una copa recién servida en la
mano.
iba en calzoncillos, me
acabé la copa y me dejé caer
en la piscina. todas las luces
estaban apagadas. el encargado salió mientras
yo chapoteaba como un perro en la oscuridad.

—¿qué coño haces? —me
gritó.
—enciende las luces de la piscina—le grite como respuesta.

se encendieron las luces y seguí chapoteando
5 minutos más, luego salí y regresé
a la habitación.

ella estaba de espaldas a mí en la cama.
me acosté con otra copa y me miré
los pies que sobresalían de las sabanas.
decidí que era el hombre con los pies más
hermosos sobre la faz de la tierra.
entonces se apagaron las luces de la piscina y lo
único que se veía era el resplandor de la brasa de mi
cigarrillo.
decidí que, de acuerdo con esa
magnífica naturaleza del universo que todo
lo abarca, sin duda la brasa también debía tener

alma.

Medio pececillo de colores 


habíamos salido
y
fuimos a una
casa preciosa, pareja encantadora, etc.
sea como sea, éramos 7 u
8 y sacaron un garrafón de
vino barato de cuidado
y luego algo
de picar, y entonces el hombre
se levantó y regresó con
3 pececillos de colores vivos y dijo:
—¡fijaros!
y los puso en una
pecera grande
y antes de darme cuenta
había 6 o 7 cabezas
ahí abajo pegadas a la pecera
incluida la de mi novia
y la tenue luz de la pecera
brillaba en todas las caras
y todos los ojos,
y uno de los hombres dijo:
—¡ah!, y una de las chicas
dijo: —¡ooohl
algo terrible se estaba comiendo
los peces de colores.
entonces alguien dijo:
—¡mirad,
sólo queda medio pececillo
y aún sigue
nadando!
yo dije: —¿por qué
no os levantáis de la alfombra
y me ayudáis a acabar este
vino barato,
putos juerguistas?
12 o 14 ojos se volvieron y me
miraron. luego, uno a uno,
se fueron apartando de la
pecera y regresaron para
sentarse a la mesa
otra vez.

entonces se pusieron a discutir sobre
los méritos de
las revistillas

literarias. 

Mi psicología personal

eres un romántico reconcentrado, me dijo,
lees a todos los filósofos de la antigüedad y
escuchas a Wagner y Mahler y crees
que los antiguos poetas chinos eran la hostia, y sin embargo.
eres un depravado, vas todos los días al
hipódromo y sabes que eso es una mierda, y
todo ese vino que bebes, te está royendo
el cerebro, y cuando te emborrachas
te da por hablar de lo bien que peleabas
en otros tiempos, aunque reconoces que te
llevabas más palizas de las que repartías.
detestas a la gente y te encantan los animales.
la verdad es que no entiendo de qué coño
vas: te limitas a intentar asir las cosas, te fías
únicamente del instinto y de tus prejuicios
y a veces me parece que eres subnormal.
se debe a tu infancia, no recibiste el menor
cariño, así que te resulta difícil ofrecerlo,
sencillamente te emborrachas y llamas a todas las mujeres
putas.

escucha, le dije, ¿queda más
cerveza?
¿y dónde coño están los cigarrillos?
¡había 3 encima de la mesa hace un momento y
han desaparecido

todos!

Por los pelos

mientras empujaba el carrito en el supermercado
hoy
se me ha pasado por la cabeza
que podía empezar a
derribar latas de las estanterías y lanzar golpes
a los rollos de servilletas, papel higiénico y
papel de plata,
podía tirar al aire naranjas, plátanos,
tomates, podía coger latas de
cerveza de la nevera y lanzarlas
rodando por el pasillo, podía levantar
la falda a las mujeres y pellizcarles el culo,
podía arremeter con cl carro de la compra contra
la cristalera.

entonces me ha venido otra cosa a la cabeza:
la gente suele tener en cuenta las consecuencias
antes de hacer algo
así.

he seguido empujando el carrito.

una joven con falda a cuadros se
agachaba en la sección de comida para mascotas.
me he planteado seriamente la posibilidad de sobarle
el culo
pero no lo he hecho, sino que he pasado
de largo.

ya tenía todo lo que necesitaba y he empujado
el carrito hasta la caja.
una señora con bata roja y una plaquita con su nombre
me ha atendido.
la plaquita indicaba que se llamaba:
“Robin”.

Robin me ha mirado: —¿qué tal le va? —me
pregunta.

—bien ——respondo.

y entonces ha empezado a calcular el total y
a meter en bolsas mi compra
sin la menor idea de que
el tipo que tenía delante
había estado un par de minutos antes
a un pasito de la

locura.

Saludo y despedida

saludo y despedida

delicada cual mariposa
aleteando a la
luz asesinada
pasaste por aquí
como el silbido del fuego
y cuando todo acabó
los muros se vinieron abajo
se izaron las banderas
y el amor quedó agotado.

dejaste atrás un par de zapatos
un viejo bolso
y algunas tarjetas de Navidad y
de cumpleaños
todas mías
sujetas
con una goma elástica
verde.

más que suficiente,
supongo,
porque
cuando tu amante se ha marchado,
gracias a los dioses,
el silencio es

definitivo.

Soñé

que estaba
en mi habitación

después de que me hubiera
pegado un tiro en la barriga
alguna zorra.

por el suelo
reptaban serpientes

mientras que afuera
un maestro de escuela
cantaba
una vieja canción
escolar

entonces

las
cortinas
ardieron

sonó el
teléfono

todo parecía
tener
prisa
por morir

así que
decidí
morir

cosa que hizo
felices a todos los
malos poetas
y satisfizo a
todos los buenos poetas

mientras se
apresuraban
con la intención de
ocupar el puesto vacante

entonces
terminó
el sueño

desperté
y era

el Chico Malo
de la poesía

otra

vez.

Sumatra Cum Laude

sentado enfrente de mi abogado,
decido que, en los tiempos que corren, uno necesita un buen
abogado, un asesor fiscal, un mecánico
decente, un médico compasivo y
una esposa fiel, para
sobrevivir.
además, uno necesita cierto talento de cosecha propia,
muy pocos amigos, un buen sistema de seguridad
en casa y el don de dormir a pierna suelta por
la noche.

eso es lo que necesitas como mínimo para
arreglártelas y, como es natural, también debes tener
confianza en evitar una larga enfermedad y/o
la senilidad; en el fondo, sólo puedes
rezar para que el final sea limpio y rápido
y no se prolongue apenas el duelo de todos
tus íntimos.

sentado enfrente de mi abogado, eso
es lo que pienso.
estamos en el piso 16 de un edificio de oficinas
del centro
y mi abogado me cae bien, tiene unos ojos hermosos,
unos modales estupendos.
además, me ha salvado el culo
en varias ocasiones.

(mientras tanto, entre otras cosas, también necesitas
un fontanero que no te cobre más de la cuenta y
un jockey honrado que sepa dónde está
la línea de llegada.)

necesitas todo lo anterior (y más) antes
de que puedas irte a casa con la conciencia tranquila, abrir
una caja de madera con la etiqueta
Laude
y dar un par de chupadas rápidas
antes de que el pájaro azul se marche
de tu hombro,
antes de que se funda la nieve,
y antes de que la lluvia y el tráfico
y nuestra vida tumultuosa
lo conviertan todo en
fango

negro.

Una charla sobre poetas

—y con toda la razón —le dije-,
preferiría que todos
robaran bancos o vendieran
droga y, si no te importa, ¿me pones
un vodka con
7-Up?

—estoy de acuerdo—dijo el
camarero mientras preparaba el
combinado—. preferiría que
recogieran basura
o se presentaran al Congreso
o enseñaran
biología.

—o—dije yo, cogiendo
la copa— vendieran
flores en la esquina
o dieran masajes o
intentaran soplar vidrio.

—tienes toda la razón—dijo
el camarero
al tiempo que se ponía
una copa—. preferiría que
cultivaran la tierra
fértil o
repartieran cl correo.

—o—dije yo—, que robaran a
ancianitas o
sacaran dientes.

—o que dirigieran el tráfico o
trabajaran en fábricas —dijo
el camarero—, o
cogieran el autobús
a la cosecha más cercana.

—será un día estupendo —dije yo—,
cuando ocurra.

—precioso —díjo el
camarero—, pero, ¿no es la
mediocridad de las masas
lo que merma la
riqueza de sus
artistas?

—desde luego que no —dije—, ¿y me pones
otro vodka con 7-Up?

—si yo fuera la policía
del mundo —continuó el
camarero mientras me acercaba
la copa— más de un entrañable
poeta se vería obligado a morirse
de hambre o hacer un trabajo
como dios manda.

—y con toda la razón —dije
yo, y alcé la
copa.

—será un día hermoso —dijo
el camarero—,
cuando ocurra.

—un día hermoso
de la hostia—coincidí yo.


Va va ya se ha ido 

mi mujer ya no me ve
mucho
desde que me compró este ordenador
para Navidad.
no creía que nada pudiera ocuparme
como me ocupa
esto.

los poemas llegan por
docenas
y ayer hasta escribí algo de prosa
decente.

ahora he recorrido la ruta completa.
antaño escribía a mano todos mis poemas y
relatos.
luego llegó la máquina de escribir
manual.
luego la máquina eléctrica.
y ahora esto.

es como si hubiera vuelto a nacer.

veo formarse las palabras en la
pantalla
y delante de mis ojos van tomando forma
más y más
palabras.

y, de hecho, el contenido parece
ser
tan bueno como siempre.

las cosas se dicen como
siempre se han dicho.
sólo que ahora es más parecido a encender
petardos o
lanzar palabras hacia el espacio
exterior.

me han dicho que el ordenador
no puede escribir en mi lugar.
joder, no estoy tan seguro, este trasto
parece tener una
psique
propia
y desde luego sabe más
de ortografía
que yo.

siempre hubo palabras
que quería usar
pero, por pereza, no
me apetecía comprobar
cómo se escribían.
así que optaba por una versión más sencilla
o simplemente no me
molestaba.
ahora pongo
la palabra,
y luego le pregunto al ordenador si
la he escrito
bien.

según una vieja teoría
si metes diez mil
monos en una habitación para toda la
Eternidad
acabarían por
rescribir todas y cada una de las grandes novelas
jamás escritas,
palabra por palabra.


con un ordenador
lo harían
en media
hora.

en cualquier caso, ahora soy
más o menos
uno de esos monos
y mi esposa apenas me
ve, como ya he
dicho.

la oigo toser en la
habitación de al lado
así que sé que
está en casa.

pero ya vale de
hablar de informática.

es hora de escribir otro

poema.

Y los poemas también

no te preocupes, Dostoievski,
los peces y las colinas y el puerto
y las chicas y los caballos y los
callejones y las noches y los perros
y las navajas y los venenos y
los vinos y los enanos y los
apostadores y las luces y las armas
y las mentiras y los sacrificios
y las moscas y las ranas y las
banderas y las puertas y las ventanas
y las escaleras y los cigarrillos
y los hoteles y un servidor llevamos
por aquí mucho tiempo.

igual que tú.


DE LOS PLACERES DEL CONDENADO



Bukowski, Charles. (2007).Los placeres del condenado,



Algo para los reventas, las monjas, los
tenderos y para ti...

lo tenemos todo y no tenemos nada
y unos hombres lo hacen en las iglesias
y otros lo hacen seccionando mariposas
por la mitad
y otros lo hacen en Palm Springs
metiéndosela a rubias mantequilla
con almas de Cadillac
Cadillacs y mariposas
nada y todo,
el rostro derritiéndose hasta el último aliento
en un sótano en Corpus Christi.
siempre hay algo para los reventas, las monjas,
los tenderos y para ti...
algo a las 8 a.m., algo en la biblioteca.
algo en el río,
todo y nada.
en el matadero viene veloz por
el techo colgado de un gancho, y tú lo zarandeas —
uno

y ya lo tienes, 200$ de carne
muerta, sus huesos contra tus huesos
algo y nada.
siempre es lo bastante pronto para morir y
siempre es dentasiado tarde,
y la muesca de sangre en el blanco del lavabo
no te dice nada en absoluto
y los sepultureros que juegan al póker con
su café de las 5 a.m. mientras esperan a que la hierba
deseche la escarcha...
no te dicen nada en absoluto.
lo tenemos todo y no tenemos nada —
días con esquirlas de cristal y el hedor imposible
del musgo en el rio — peor que la mierda;
días tablero de ajedrez con jugadas de ataque y contraataque,
interés menguante, con la misma pasión en la derrota y
en la victoria; días lentos como mulas
de carga doblegadas y hoscas y de sol barnizadas
subiendo por un sendero donde un loco espera con las redes
llenas de currucas y arrendajos azules ya macilentos de un gris
escamoso
también buenos días de vino y griterío, peleas
en callejones, piernas gordas de mujer revolviéndose en
tus entrañas sepultadas en gemidos,
los carteles en las plazas de toros como diamantes gritando
Madre Capri, violetas que brotan del suelo
para decirte que olvides los ejércitos muertos y los amores
que te robaron.
días en que los niños dicen cosas divertidas y brillantes
como salvajes tratando de enviarte un mensaje con
el cuerpo mientras el cuerpo se mantenga
vivo para transmitir y sentir y correr de un lado
a otro sin ataduras ni sueldos ni
ideales ni posesiones ni opiniones de
escarabajo.
días para pasarte el día llorando en
un cuarto verde con la puerta cerrada, días
en que puedes reírte del panadero
porque tiene las piernas demasiado largas, días
de contemplar setos…

y nada, y nada. los días
de los jefes, hombres amarillos
con mal aliento y pies grandes, hombres
con aspecto de ranas, hienas, hombres que caminan
como si no se hubiera inventado la melodía, hombres
que juzgan inteligente contratar y despedir y
lucrarse, hombres con esposas caras que poseen
unas 30 hectáreas de terreno para perforarlo 
o exhibirlo o vallarlo frente a
los incompetentes, hombres que te matarían
porque están locos y lo justificarían porque
es la ley, hombres que miran por
ventanas de 10 metros de ancho y no ven nada,
hombres eon yates de lujo que pueden dar la vuelta
al mundo y sin embargo nunca salen de los bolsillos de su
chaleco, hombres como caracoles, hombres como anguilas,
hombres
como babosas, y aun peores...

y nada. cobrar tu última paga
en un puerto, en una fábrica, en un hospital, en una
planta aeronáutica, en un salón recreativo, en una
barbería, en un trabajo que no querías
de todas formas.
impuesto de la renta, enfermedad, servilismo, brazos
rotos, cabezas rotas — todo el relleno
salido como de una vieja almohada.

lo tenemos todo y no tenemos nada.
a algunos les va lo bastante bien por un tiempo y
luego aflojan. la fama los atrapa o el asco
o la edad o la falta de una dieta apropiada o la tinta
en los ojos o los hijos en la universidad
o los coches nuevos o una espalda rota esquiando
en Suiza o las nuevas políticas o la nueva esposa
o simplemente el cambio y la decadencia naturales —
ese conocido tuyo que ayer era capaz de soltar ganchos
diez asaltos seguidos o se pasaba tres días y
tres noches bebiendo por las montañas Sawtooth ahora
es sólo una cosa bajo una sabana o una cruz
o una lápida o bajo una vana ilusión barata,
o el que cargaba una biblia o una bolsa de palos de golf o un
maletín: ¡cómo se nos van, cómo se nos van! — todos
los que creíste que nunca se irían.

días como éste. como tu día de hoy.
acaso la lluvia en la ventana tratando de
llegar hasta ti. ¿que ves hoy?
¿qué es? ¿dónde estás? los mejores
días son a veces los primeros, a veces
los del medio y a veces incluso los últimos.
los solares vacíos no están mal. las iglesias en
Europa de las postales no están mal. la gente en
los museos de cera congelada en su mejor esterilidad
no está mal, es horrible pero no está mal. el
cañón, piensa en el cañón. y tostada para
desayunar el café bien caliente así
sabes que la lengua sigue en su sitio. tres
geranios en una ventana, tratando de ser
rojos y tratando de ser rosas y tratando de ser
geranios. no me extraña que a veces las mujeres
lloren, no me extraña que las mulas no quieran
subir la colina. ¿estás en una habitación de hotel
en Detroit buscando un cigarrillo? otro
día bueno. una pizca de día. y cuando
las enfermeras salen del edificio al terminar
su turno —ya han tenido bastante, ocho enfermeras
con distintos nombres y distintos sitios adonde
ir caminando por el césped, unas
quieren chocolate y un periódico, otras quieren un
baño caliente, otras quieren un hombre, otras
apenas van pensando en nada. bastante
y no bastante. arcos y peregrinos, naranjas,
cloacas, helechos, anticuerpos, cajas de
pañuelos de papel.

al sol a veces más decente
se tiene la sensación vaporosa de las urnas funerarias
y cl sonido enlatado de viejos aviones de combate
y si entras y pasas el dedo
por el alféizar de la ventana encontrarás
polvo, puede que hasta tierra.
y si miras por la ventana
estará el día, y a medida que
envejezcas seguirás mirando
seguirás mirando
mordiéndote un poco la lengua
ajá no no quizás

unos lo hacen con naturalidad
otros con obscenidad

en todas partes.


Arte

a medida que
mengua
el espíritu
aparece
la

forma.

el punto crítico

demasiado
demasiado poco

demasiado gorda
demasiado flaca
o nadie.

risa o
lágrimas

los que odian
los que aman

extraños con caras como
cabezas de
tachuela

ejércitos recorriendo
calles de sangre
blandiendo botellas de vino
cargando a la bayoneta y follándose
vírgenes.

o un tipo viejo en un cuartucho
con una fotografía de M. Monroe.

hay una soledad en este mundo tan grande
que puedes verla en el lento movimiento de
las manecillas de un reloj.

gente tan cansada
mutilada
por amor o falta de amor.

y es que la gente no es buena con los demás,
con el prójimo.

los ricos no son buenos con los ricos
los pobres no son buenos con los pobres.

tenemos miedo.

nuestro sistema educativo nos dice
que todos podemos ser
triunfadores de la hostia.

no nos habla
de las cloacas
ni los suicidios.

ni del terror de una persona
penando en un sitio
sola

sin que la toquen
sin que le hablen
regando una planta.

Ia gente no es buena con los demás.
Ia gente no es buena con los demás.
la gente no es buena con los demás.

supongo que nunca lo será.
ni yo se lo pido.

pero a veces pienso en
ello.

los abalorios se balancearán
las nubes nublarán
y el asesino decapitará al niño
como quien muerde un cucurucho de helado.

demasiado
demasiado poco
demasiado gorda
demasiado flaca
o nadie

la gente odia más que ama.

la gente no es buena con los demás.
quizá si lo fuera
nuestras muertes no serían tan tristes.

entretanto yo miro a las chicas jóvenes
brotes
flores de porvenir.

tiene que haber algún camino.

seguro que hay un camino que aún no
hemos imaginado.

¿quién puso este cerebro dentro de mí?

grita
reclama
dice que hay una posibilidad.

no dirá

“no”.

Metamorfosis

una novia vino a casa
me fabricó una cama
fregó y enceró el suelo de la cocina
restregó las paredes
pasó la aspiradora
limpió el váter
la bañera
fregó cl suelo del baño
y me cortó las uñas de los pies y
el pelo.

después
todo el mismo día
vino el fontanero y reparó el grifo de la cocina
y el Váter
y el técnico del gas reparo el calentador
y el técnico del teléfono reparo el teléfono.
ahora estoy aquí rodeado de toda esta perfección.
reina la calma.
he roto con mis 3 novias.

me sentía mejor cuando estaba todo en
desorden.
me va a llevar unos meses volver a la
normalidad:
no encuentro ni una cucaracha con la que departir.
he perdido el ritmo.
no puedo dormir.
no puedo comer.

me han desposeído de

mi mugre. 

Por más que te esfuerces

el desperdicio de palabras
continúa con asombrosa
persistencia
mientras el camarero pasa corriendo con la bandeja
llena
para esos chavales blancos tan listillos que se ríen de
nosotros.
no importa. no importa,
siempre que lleves los cordones atados y
nadie se te pegue demasiado a la
espalda.
el mero hecho de ser capaz de rascarte y
vivir despreocupado es ya un
triunfo.
esas mentes estreñidas que buscan
un sentido más hondo
acabarán despachadas con el resto de la
basura.
no te precipites.
si existe la luz
ella misma dará

contigo. 

Un poema es una ciudad

un poema es una ciudad llena de calles y cloacas
llena de santos, héroes, mendigos, locos,
llena de banalidad y bebida,
llena de lluvia y truenos y periodos de
sequía, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad preguntándole a un reloj por qué,
un poema es una ciudad en llamas,
un poema es una ciudad pasada por las armas,
sus barberías llenas de borrachos cínicos,
un poema es una ciudad donde Dios cabalga desnudo
por las calles como Lady Godiva,
donde los perros ladran de noche, y ahuyentan a
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
la mayoría bastante parecidos
y envidiosos y amargados...
un poema es esta ciudad ahora mismo,
a 80 kilómetros de ninguna parte,
a las 9:09 de la mañana,
el sabor del licor y los cigarrillos,
sin policía, sin amantes, caminando por las calles,
este poema. esta ciudad, cerrando sus puertas,
levantando barricadas, casi vacía,
afligida sin lágrimas, envejeciendo sin pena,
las montañas de granito,
el océano cual llama lavanda,
una luna privada de grandeza,
una musiquilla que sale de ventanas rotas...

un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo...

y ahora pongo éste bajo la lupa
para el escrutinio del editor loco,
y la noche está en otro lugar
y pálidas mujeres grises hacen cola,
el perro persigue al perro hasta el estuario,
las trompetas anuncian el patíbulo
mientras los hombrecillos despotrican contra las cosas

que no pueden hacer.

ah, sí

hay cosas peores que
estar solo
pero a menudo lleva décadas
darse cuenta
y muy a menudo
cuando lo comprendes
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que

demasiado tarde.

Ahora

tenía abscesos del tamaño de un tomate
por todo el cuerpo
me metieron un taladro
en el hospital del condado,
y
justo al caer el sol
todos los días
un hombre en la sala de al lado
se ponía a llamar a gritos a su amigo joe.
¡JOE! gritaba. ¡AY, JOE! ¡JOE! ¡J OE!
¡SÁCAME DE AQUÍ, JOE!

Joe nunca fue.
nunca he oído nada tan
lastimero.

seguro que joe se estaba currando a
una maciza o
tratando de resolver un crucigrama.

siempre he dicho que
si quieres saber de verdad quiénes son tus amigos
vete a un manicomio o a la
cárcel.

y si quieres saber dónde está el amor no
seas un eterno
fracasado.

yo tuve mucha suerte con lo de los abscesos
porque así me taladraron y torturaron
con la Sierra Madre de fondo
a la puesta del sol;
cuando aquel sol se puso supe lo que haría yo
cuando por fin tuviera ese taladro en mis manos
como lo tengo

ahora.

Bruckner


Bruckner no era malo
aunque se puso
de rodillas
y proclamó a Wagner
su maestro.

me entristece, supongo,
en cierto modo,
porque mientras Wagner se
marcaba cantidad de jonrones
Bruckner sólo sacrificaba bateadores
para pasar corredores a segunda base
y el lo sabía.

y yo sé que
mezclar metáforas de béisbol con música
clásica
no va a gustar a los puristas
tampoco.

prefiero a Ruth entre todos los jugadores
pero aprecio a quienes lo hicieron
lo mejor que pudieron
y siguieron intentándolo
aun cuando sabían que
eran segundones.

es el caso de tu boxeador dc barrio
de tu medio-centro defensivo
del jinete desconocido que a veces
se lleva una carrera
que está cuarenta a uno.
ése era Bruckner.

hay veces que deberíamos
recordar
el singular valor
de los segundones
que se niegan a abandonar
cuando las noches
son negras y largas e insomnes
y los días no tienen

fin.

Crucifijo en memo inerte

sí, arrancan en un sauce, creo que
esas montañas tiesas arrancan junto al sauce
y siguen adelante sin consideración por
pumas ni nectarinas
de algún modo esas montañas son como
una anciana con mala memoria y
una cesta de Ia compra.
estamos en una cuenca. hazte a la
idea. allá abajo en la arena y los callejones,
esta tierra horadada, apaleada, dividida,
sostenida cual crucifijo en mano inerte,
esta tierra comprada, revendida, vuelta a comprar y
a vender, las guerras hace tiempo acabadas,
los españoles de vuelta en la lejana España
en el guardacabos otra vez, y ahora
agentes inmobiliarios, parceladores, terratenientes, ingenieros
de caminos disputándosela. esta tierra es suya y
yo camino por ella, vivo en ella un ratito y
ahí cerca de Hollywood veo a jóvenes en cuartos
escuchando discos almibarados
y pienso también en viejos hartos de música
hartos de todo, y la muerte como cl suicidio
me parece a veces voluntaria, y para hacerte
con la tierra lo mejor es volver al
Gran Mercado Central, mirar a las mexicanas viejas,
las pobres... seguro que has visto a esas mismas mujeres
hace muchos años
discutiendo
con los mismos jóvenes tenderos japoneses
ingeniosos, entendidos y tostados
entre montones enhiestos de naranjas, manzanas
aguacates, tomates, pepinos —
y ya sabes la pinta que tienen
como para comérselos todos
encender un puro y ahuyentar con el humo el mundo
cruel.
después lo mejor es volver a los bares, los mismos bares
de madera, rancios, despiadados, verdosos
con el joven policía que se pasa por allí
asustado y buscando camorra,
y la cerveza sigue siendo mala
tiene un dejo que combina bien con cl vómito y
la decadencia, y tienes que hacerte fuerte entre las sombras
para olvidarte, olvidarte de los pobres y olvidarte de ti
mismo
y de la bolsa de la compra entre las piernas
encantada allí abajo con sus aguacates y
naranjas y pescado fresco y botellas de vino, ¿quién quiere
pasarse el invierno en Fort Lauderdale?
hace 25 años había siempre una puta allí
con un ojo nublado, estaba muy gorda
y hacía campanitas plateadas con el envoltorio de las
cajetillas de tabaco. el sol parecía mas cálido entonces
aunque seguro que no era así
en verdad, y sales con tu bolsa de la
compra y caminas por la calle
y la cerveza verdosa sigue ahí
justo en la boca del estómago como
como chal corto y vergonzoso, y
miras a tu alrededor y ya no
ves ningún

viejo.

Devorado por mariposas

tal vez gane la Lotería lrlandesa
tal vez me vuelva tarumba
tal vez llamen de Harcourt Brace
o tal vez del seguro de desempleo o
una lesbiana rica que vive en lo alto de la colina.

tal vez la reencarnación en rana...
o encontrarse 70.000$ flotando en una bolsa de plástico
en la bañera.

necesito ayuda
soy un hombre flaco devorado por
árboles verdes
mariposas y
por ti.

date la vuelta date la vuelta
enciende la lámpara
me duelen las muelas las muelas del alma me duelen
no puedo dormir
rezo por los muertos
los ratones blancos
motores en llamas
sangre en una bata verde en un quirófano
y estoy atrapado
ay, ay
bestial: mi cuerpo lo están llenando nada más que
conmigo
estoy atrapado a medio camino entre el suicidio y
la vejez
dando el callo en fábricas igual que
los jóvenes
manteniendo el ritmo
quemándome la sangre como gasolina y
logrando que el capataz se
sonría.

mis poemas sólo son pequeñas ralladuras
un el suelo de una

jaula. 

Gato atigrado

lleva pantalones vaqueros y zapatillas deportivas
y va con dos chavalas
más o menos de su edad.
de tanto en tanto pega un salto
y choca los talones
en cl aire.

es como un potrillo
pero en cierto modo me recuerda
más a un gato atigrado.

tiene el culo suave y
menos cerebro
que un mosquito.

Va dando saltitos detrás de las chicas
y chocando los talones.

luego le tira del pelo a una
corre hacia la otra y
lc estruja el cuello.

se las ha tirado a las dos y
está satisfecho de sí mismo.
todo le ha resultado
de lo más fácil.

y yo pienso, ay,
mi gatito atigrado
menudos días y noches
te esperan.

ese culito suave
será tu perdición.
tu agonía
no tendrá fin
y las chicas
que ahora son tuyas
pronto serán de otros hombres
que no pudieron merendarse sus
bomboncitos tan fácilmente ni
tan pronto.

las chicas están practicando contigo
las chicas están practicando para otros hombres
para alguien salido de la jungla
para alguien salido de la jaula del león.

sonrío al
verte caminar por la calle
chocando los talones.

dios mío, chaval, temo por ti
la noche
en que al fin lo descubras.

pero hoy luce el sol.

salta
mientras

puedas.

El Talento de la Multitud

Hay suficiente traición, odio,
Absurdo en el ser humano
Para abastecer a cualquier ejército en cualquier
Y Los Mejores En El Asesinato Son Los
Y Los Mejores En El Odio Son Los
Y LOS MEJORES EN LA GUERRA
—A FIN DE CUENTAS— SON LOS QUE
PREDICAN
Los Que Predícan en nombre de DIOS
Los Que Predican PAZ
LOS QUE PREDICAN AMOR

CUIDADO CON LOS PREDICADORES
Cuidado Con Los Sabelotodo.
Cuidado Con Quienes Detestan La

CUIDADO Con Aquellos De Elogio Fácil
Pues Necesitan ELOGIOS A Su Vez

CUIDADO Con Aquellos De Censura Fácil:
Tienen Miedo De Lo Que
Desconocen

Cuidado Con Quienes Buscan Siempre
La Multitud; No Son Nadie
Solos

Su Amor Es Común, Busca
Lo Común
Pero Tienen Talento Para El Odio
Tienen Suficiente Talento
Odiando Como Para Matarte, Para Matar
A Cualquiera.

No Queriendo La Soledad
No Entendiendo La Soledad
Intentaran Destruir
Cualquier Cosa
Que Difiera
De Ellos Mismos

Considerarán Su Fracaso
Como Creadores
Un Simple Fracaso
Del Mundo

Incapaces De Amar Plenamente
CREERÁN Que Tu Amor Es
Incompleto
Y ENTONCES TE
ODIARÁN

Y Su Odio Sera Perfecto
Como Un Diamante Luminoso
Como Un Cuchillo
Como Una Montaña
COMO UN TIGRE
Como Cicuta

Elogio a un pedazo de tía

algunos perros cuando duermen de noche
deben de soñar con huesos
y yo recuerdo tus huesos
en tu carne
y más
con aquel vestido verde oscuro
y los zapatos negros brillantes
de tacón alto,
siempre blasfemabas cuando
bebías,
el pelo caído por la cara
querías explotar libre de
lo que te atrapaba:
recuerdos podridos en un
pasado
podrido, y
por fin te
liberaste
al morir,
dejándome con el
presente
podrido;
llevas muerta
28 años
mas te recuerdo
mejor que a
nadie;
eras la única
que comprendía
la futilidad del
arreglo de la
vida;
los demás estaban sólo
a disgusto con
segmentos triviales,
despotricaban
sin sentido del
sinsentido;
Jane, te
mató el
saber demasiado.
brindo por
tus huesos
con los que
este perro
todavía

sueña.

Los pájaros

el aire agudo y terrible se impregna de asesinato
mientras los pájaros del verano se juntan en las ramas
y gorjean
y desconciertan el clamor de la mente;
un loro viejo
que no habla nunca
está pensando en una lavandería china,
disgustado
abandonado
célibe;
hay un rojo en las alas
donde debería haber un verde,
y entre nosotros
el reconocimiento de
una vida inmensa y desperdiciada.

…mi 2da mujer me abandonó
porque dejé libres a nuestros pájaros:
el amarillo, con el ala lisiada,
descendió en picado y hacia la izquierda,
presa de gato,
cacareando como un órgano;
y el otro,
verduzco,
con un dedal por cabeza,
ascendió como un cohete
hacia lo alto del cielo vacuo,
y desapareció como el amor agriado
y el deseo de ayer
abandonándome
para siempre.

y cuando mi mujer
volvió a casa esa noche
con sus bolsas y sus planes,
sus trucos y codicias fulgurantes,
me encontró
deslumbrado con una pluma amarilla
buscándole la música
que ella,
curiosamente,
no conseguía

oír.

Los placeres del condenado


los placeres del condenado
se limitan a breves instantes
de felicidad:
como los ojos con que mira un perro,
como una tabla de cera,
como un fuego consumiendo el ayuntamiento,
el país,
el continente,
como el fuego devorando los cabellos
de doncellas y monstruos;
y el zumbido del halcón en el melocotonero,
el mar fluyendo por entre sus garras,
el Tiempo
borracho y empapado,
todo ardiendo,
todo mojado,

todo delicioso.

Millonarios

vosotros
los sin rostro
sin rostro
ninguno
que os reís de nada—
dejadme que os diga
que he bebido en cuartuchos de arrabal con
borrachines imbéciles
cuya causa era mejor
cuyos ojos conservaban todavía algo de luz
cuyas voces retenían cierta sensibilidad,
y cuando amanecía
nos sentíamos mal pero no enfermos.
pobres pero no engañados,
y nos estirábamos en la cama y nos levantábamos
a media tarde

como millonarios.

Qué hombre era yo

Le volé la oreja izquierda
después la derecha,
y luego le arranqué la hebilla del cinturón
a plomazos,
y luego le volé lo único que importa
y cuando se agachó
a recoger sus calzones
y sus pelotas
(pobre bicho)
me aseguré de que no volviera
a levantarse
nunca más.

Buf, qué rollo.
Entré a echar un trago rápido
y había un tipo que
mirarme de soslayo,
y así fue como murió —
de soslayo,
mirándome
y agarrándose
las pelotas. 

De ver tanta sangre como que me entró
hambre.

Me tomé un sándwich de jamón.
Puse un par de canciones sentimentales...
Apagué a tiros todas las luces
y me largué de allí.
No había ni un alma por la calle
así que le disparé a mi caballo
(pobre bicho).

Entonces vi al Sheriff
plantao al final de la calle
y temblequeaba
como si tuviera cl mal de San Vito;
daba pena verlo
así que le quité el temblor
del primer balazo
y compasivamente lo dejé seco
del segundo.

Entonces me tumbé boca arriba un rato
y apagué a tiros las estrellas una a una
y luego
apagué a tiros la luna
y después me di una vuelta
y apagué a tiros todas las luces
del pueblo,
y enseguida se quedó todo a oscuras
a oscuras total
como a mí me gusta;
no soporto dormir
con la luz dándome
en la cara.
Me tumbé y soñé
que volvía a ser un niño
jugando con mi revólver de juguete
y ganando siempre a las canicas,
y cuando desperté
mis pistolas habían desaparecido
y estaba atado de pies y manos
como si alguien
me tuviese miedo

y estaban pasándome
una soga por el pescuezo
como si
pretendieran colgarme,
y un tipo me estaba colocando
un cartel la mar de bonito
en la camisa:
hay una ley para ti
y una ley para mí
y una ley colgada
del árbol hasta la raíz.

Bueno, las poesías bonitas siempre
me han sacado las lágrimas
y parece increíble pero
todas las mujeres lloraban
y aunque en su lamento
nombraban a otros hombres
yo sabía que lloraban
por mí (pobres bichos)
y aunque me había acostado con todas,
se me había olvidado
con tanta emoción
decirles mi nombre
y todos los hombres parecían enfadados
pero supongo que era porque los chavales
estaban siendo muy maleducados
tirándome botes de hojalata,
pero les dije que no se preocuparan
porque tenían mala puntería de todas formas
ni un solo crío de ésos tenía pinta de ir a
hacerse un hombre —
90% homosexuales, toda la panda,
y alguien gritó
“¡vamos a mandarlo al infierno!”

y de un tirón me encontré bailando
mi último baile,
pero aproveché el impulso
y le escupí al camarero en el ojo
y le miré desde arriba
los pechos a Nellie Adams

y otra vez se me hizo la boca agua.

Toma oro

cogí mi BMW y fui al banco a
recoger mi tarjeta American Express Oro.

le dije a la chica del mostrador lo que
quería.

“Usted es el Sr. Chinaski”, me
dijo.

“sí, ¿quieres una
identificación?”

“claro que no, ya lo conocemos…”

metí la tarjeta en la cartera
volví al aparcamiento
me subí al BMW (ya pagado, a
tocateja)
y decidí acercarme a la licorería
por una caja de vino
selecto.

de camino, decidí además escribir un poema
sobre todo este asunto: el BMW, el banco, la
Tarjeta Oro
sólo para cabrear a los
críticos
los escritores
los lectores

que preferían con mucho los poemas en que
yo duermo en los bancos de los parques
congelado y muriendo de vino peleón
y malnutrición.

este poema es para quienes piensan que
sólo se puede ser un artista
genial
viviendo al
límite
aunque no hayan tenido nunca las
agallas de

intentarlo.

Una amenaza a mi inmortalidad

se desnudó delante de mí
enseñando el coño de frente
mientras yo estaba echado en la cama con una botella
de cerveza.

¿cómo te ha salido esa verruga en
el culo? pregunté.

no es una verruga, dijo ella.
es un lunar, una especie de
señal de nacimiento.

esa cosa me da miedo, dije,
vamos a
dejarlo.

me levanté de la cama y
pasé al otro cuarto y
me senté en la mecedora
y me mecí.

ella se acercó. pues mira,
vejestorio, tú tienes verrugas y cicatrices y
todo tipo de cosas por todo el
cuerpo. estoy segura de que eres el viejo
más feo
que he visto nunca.

olvídate, dije, y cuéntame algo más
de ese
lunar en el culo.

se fue al otro cuarto
a vestirse y luego pasó corriendo
dio un portazo
y se
largó.

y pensar que
encima se leía todos mis libros
de poesía.

sólo esperaba que no le contase
a nadie que

yo no era guapo.



Una sonrisa memorable

teníamos peces de colores que daban vueltas y más vueltas
en la pecera colocada en la mesa junto a las pesadas cortinas
que tapaban el ventanal y
mi madre, siempre sonriendo, queriendo que todos
fuéramos felices, me decía “¡sé Feliz, Henry!"
y llevaba razón: es mejor ser feliz si
puedes
pero mi padre seguía pegándonos a los dos varias veces por

rabiaba en su esqueleto de 1,89 metros porque no
comprendía qué le estaba atacando por dentro.


mi madre, pobre pececillo,
deseosa de ser feliz, apaleada dos o tres veces por
semana, diciéndome que fuera feliz: “Henry, ¡sonríe!
¿por que no

y entonces sonreía ella, para enseñarme, y era la
sonrisa más triste que he visto nunca.

un día se murieron los peces, los cinco,
quedaron flotando en el agua, de lado, con los
ojos todavía abiertos,
y cuando mi padre llegó a casa se los echó al gato
en el mismo suelo de la cocina y nosotros nos quedamos

sonreía. 
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